Quién representa la diferencia : cuotas, sorteo y democracia
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Si la democracia significa autogobierno de los ciudadanos, la mediación que implica la representación política debería respetar al máximo este contenido básico. Sin embargo, el actual déficit de representatividad de nuestras partitocracias está frustrando esta aspiración. Pero si prestamos atención a los mecanismos que, como las cuotas, son utilizados para paliar la ausencia en los Parlamentos de identidades diferentes al modelo moderno de ciudadano, observamos cómo estas medidas, que presuponen una noción de representación
política como reflejo, no siempre redundan en beneficio del autogobierno de los ciudadanos, por cuanto no implican una participación real en el poder político. Esta circunstancia es debida a que las cuotas actúan como un beneficio colectivo, aunque específicamente disfrutado por los miembros más destacados del grupo beneficiado, y a que se desenvuelven dentro del marco de la elección, cuya racionalidad no se discute. En este
contexto, la preselección de candidatos a representantes defrauda el ejercicio del derecho al sufragio pasivo de la mayoría de los ciudadanos. Además de reflexionar sobre tales cuestiones, en este trabajo se analiza en qué medida el sorteo podría paliar estos defectos.