Por la erradicación de un problema global : no más "sweapshops"
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La existencia de las sweatshops, esto es, talleres de explotación laboral en países menos desarrollados, constituye uno de los fenómenos más vergonzosos de comienzos del siglo xxi. Sin embargo, la conformación de las relaciones políticas en el mundo actual hace muy complejo luchar contra esta lacra con las herramientas tradicionales del Derecho. La división de la soberanía entre los diferentes países convive con una globalización de los mercados. Como consecuencia, las grandes compañías son muy libres de trasladar su producción sobre la base de los costes laborales de los distintos países. En este escenario, las medidas estrictamente jurídicas son mucho menos eficaces que las que tratan de influir directamente sobre las empresas a través de los mecanismos del mercado. El consumo responsable y la inversión socialmente responsable tienen un poder de alterar las estructuras productivas que no puede permanecer inactivo durante más tiempo.